La autora aborda aquí el concepto del amor como aquel que busca la satisfacción sensorial y erótica y que puede, en muchos casos, dar al que lo siente una aparente felicidad emocional. En la época colonial, cuando dicho amor no podía ser alcanzado en el matrimonio se buscaba fuera de él, lo cual daba lugar a uniones ilícitas. Estudiar –sin juzgar– a estos adúlteros y a las comunidades domésticas de las que formaban parte, es el propósito de esta obra. La investigación resulta novedosa al analizar el adulterio no como un delito o un pecado, sino como un fenómeno social. Se combina el método cuantitativo que permite establecer series, frecuencias y estadísticas con el cualitativo: el conjunto de historias individuales, los pormenores que hacen cada caso único.