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Las mujeres extraordinarias de Chimalpahin
Anderson, Arthur J. O. “Las mujeres extraordinarias de Chimalpahin”. Estudios de Cultura Náhuatl , n° 25 (1995): 225–237.
En cuanto se hubo asentado Tlacateotzin como rey [de TIatelolco], informa la Crónica mexicáyotl, le dijo al punto a sus nobles y señores "Idos a Coatlichan a hablar con Acolmiztli y que me dé él a su hija". En seguida fueron los tlatelolcas a hablarle y pedirle su hija a Acolmiztli. Tan pronto como le diero a su hija, la princesa Xiuhtomiauhtzin, la transportaron a cuestas a TIatelolco; en cuanto llegaron fueron a comunicarle a TIacateotzin cómo les había dado Acolmiztli a su hija, por lo cual dijo al punto: "me benefició el señor Acolmiztli." Por ello copuló inmediatamente con Xiuhtomiauhtzin, naciendo y proviniendo de ellos tres hijos varones suyos bien amados. En las reglas del derecho de sucesión de los reyes de Chalco, las mujeres nobles bajo el sistema político y familiar establecido tenían el papel de 1) funcionar como las mujeres reales y madres, habilitando a sus esposos e hijos el acceso al trono y 2) asegurar las relaciones políticas dentro y fuera del reino. Además, al ofrecer sus hijas a los que podrían superarlas, significaba la sumisión de los vencidos y el establecimiento de relaciones pacíficas.